COMPETENCIAS DEL DOCENTES EN LA FORMACIÓN UNIVERSITARIA A LA LUZ DE LOS ESTUDIANTES
Enrique Adolfo Simmonds Barrios
Arquitecto Magíster en Informática Educativa
Facultad de Arquitectura e Ingeniería Industrial
Docente de la Institución Universitaria de Colombia
Bogotá; Agosto 28/2023.
El acto educativo, además de
representar una ardua tarea para aquellas personas que se dedican a la
docencia, es una de las actividades más enriquecedoras, especialmente para los
que la sienten como una pasión o vocación. Pero la cualificación del docente
(en cuando a competencias profesionales y/o personales) hará que dicho acto
pueda alcanzar los más altos niveles de significatividad dentro del grupo de
estudiantes.
En este sentido, en la medida que
un docente lleva a cabo este acto formativo, existen un grupo de elementos que comienzan
a tener incidencia, como su crecimiento personal y profesional, la
actualización de sus conocimientos actuales a las necesidades de hoy en día [y
también las futuras], el desarrollo de nuevas habilidades y el
perfeccionamiento otras que le llevarán brindar mejores experiencias de
aprendizaje en cualquier tipo de contexto o escenario.
Prosiguiendo, de acuerdo con el
Diccionario de la Real Academia Española RAE (2014)[1] y
desde un enfoque más ajustado a la educación, competencia está relacionada con
la pericia, aptitud o idoneidad [en este caso del docente] para hacer algo o
intervenir en un asunto determinado. Este algo sería propiamente el acto educativo que se lleva a cabo tanto en aulas
físicas como virtuales.
Por su parte, según Durán (2016)[2],
la competencia, en contextos formativos, abarca el desempeño del docente que
éste tiene en su ejercicio profesional. Aunque cuando se habla de competencias
debe evitarse entender el término como un punto culmen de llegada, donde
después de ahí no hay nada más. Por el contrario, y tal como lo afirma la
investigadora, este término debe concebirse en permanente transformación,
pudiendo entender de éste que, al estar tan ligado a la interacción humana,
esto le otorgaría el dinamismo que Durán sugiere.
Por otra parte, cuando se escucha
el término de “competencia”, podría asociarse con “competente”, que, según la
RAE, sería una persona que tiene competencia. Y complementando con el
diccionario de sinónimos de WordReference (2023)[3],
competente [ajustado a la presente reflexión] referiría a una persona
capacitada, cualificada, idónea, preparada al momento de ejercer sus funciones
profesionales. En este punto podría surgir las interrogantes: ¿Qué nivel de
calificación, idoneidad perciben los estudiantes de los docentes? ¿Qué grado de
preparación reflejan los profesores a sus alumnos en el acto educativo?
En este orden de ideas, estos
cuestionamientos deben llevar a meditar en la figura del docente cómo está
siendo el real desempeño profesional, personal y educativo que se está teniendo
con los estudiantes en las aulas. Este proceso debe llevar a poder identificar
de manera consciente y objetiva aquellos aspectos que hay posibilidad de mejora
para futuros procesos educativos.
Basado en lo anterior, y tomando
como referencia a Ken Bain (2011)[4] en
su libro “Lo que Hacen los Mejores Profesores Universitarios”, éste pudo
identificar los rasgos característicos de los mejores profesores [en un
contexto norteamericano] desde la calificación emitida por sus estudiantes:
·
Poseer
gran dominio de su campo de disciplina.
·
Tener
una adecuada habilidad para poder simplificar y hacer más claros los contenidos
complejos.
·
Demostrar
aprecio por la enseñanza.
·
Tener
un amplio conocimiento de las formas de aprendizaje.
·
Transmitir
un alto nivel de compromiso con el aprendizaje de sus estudiantes.
·
Tener
claro que la evaluación no meramente una actividad que se lleva a cabo para
calificar a un alumno, sino como una valiosa herramienta que permite ayudar y
motivar el aprendizaje.
·
Mostrar
un alto compromiso con la comunidad educativa; es decir, que se asumen como una
parte de la gran empresa educativa.
·
Enfrentar
las propias debilidades sin llegar a tener miedo de asumirlas y afrontarlas.
Finalmente, esto lleva a pensar que
las competencias del docente deben estar en un constante crecimiento y
perfeccionamiento, aplicándose conscientemente en el aula y que de éstas puede
influir la conexión personal, afectiva y profesional que se genera entre
profesor y estudiantes en el acto educativo, y al mismo tiempo, generando
mejores espacios de crecimiento, reflexión y construcción significativa de
conocimientos.
[1] Real Academia Española
(2014). COMPETENCIA. Diccionario de la Real Academia Española. Edición
23. Disponible en: https://dle.rae.es/competencia (Consulta:
28/AGO/2023).
[2] Durán A., Ana M.
(2016). FORMACIÓN EN COMPETENCIAS DEL DOCENTE UNIVERSITARIO. Educere: La
Revista Venezolana de Educación. Volumen 20. Número 67. Páginas 529-538.
Universidad de los Andes. Disponible en: https://www.redalyc.org/journal/356/35654966008/html/ (Consulta:
28/AGO/2023).
[3] WordReference (2023). COMPETENTE.
Diccionario en línea de Sinónimos. Disponible en: https://www.wordreference.com/sinonimos/competente (Consulta:
28/AGO/2023).
[4] Bain, Ken (2011). LO
QUE HACEN LOS MEJORES PROFESORES UNIVERSITARIOS. Editorial U. Valencia.
Disponible en: https://www.academia.edu/8601238/LO_QUE_HACEN_LOS_MEJORES_PROFESORES_UNIVERSITARIOS_Libro_completo_?auto=download (Consulta:
28/AGO/2023).
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