LA IA EN EL AULA ENTRE LA PROMESA PEDAGÓGICA Y LA REFLEXIÓN NECESARIA
Enrique
Adolfo Simmonds Barrios
Arquitecto Magíster en Informática Educativa
Facultad de Arquitectura e Ingeniería Industrial
Docente de la Institución Universitaria de Colombia
Bogotá; Noviembre 11/2025.
La presencia de la
inteligencia artificial (IA) en la educación ha dejado de ser una posibilidad
distante para convertirse en una realidad cotidiana en aulas, plataformas
virtuales y laboratorios. Más que preguntarnos si debe utilizarse, la discusión
actual se centra en cómo, con qué propósito y bajo qué condiciones éticas y
pedagógicas la incorporamos al trabajo docente, esto lo apoya la UNESCO (2024)[1].
Para Puche (2024)[2],
esta tecnología abre un horizonte de innovación que despierta entusiasmo, pero
también provoca inquietudes legítimas sobre la autonomía estudiantil, el
desarrollo del pensamiento crítico y la integridad académica. Asumir esta
tensión, en lugar de negarla, es una tarea ineludible para el profesorado que
busca integrar la IA sin renunciar a los principios de una educación humanista.
En este sentido, Tuomi
(2018)[3] y
González (2018)[4],
afirman que, entre los argumentos a favor, suele destacarse la capacidad de la
IA para adaptar experiencias formativas al ritmo, estilo y necesidades de cada
aprendiz. Los sistemas de aprendizaje adaptativo y los algoritmos de análisis
de datos permiten ajustar actividades, materiales y niveles de dificultad,
configurando trayectorias más personalizadas que las que el docente puede
gestionar en solitario. No es casual que el 87,5 % de los docentes consultados
por Puche (2024) considere que la IA puede personalizar el aprendizaje de
manera constante. Lejos de ser un lujo, esta personalización parece
indispensable en grupos heterogéneos y con demandas de inclusión cada vez más
complejas.
Adicionalmente, otro
aporte relevante tiene que ver con la eficiencia y la ampliación del acceso.
Herramientas de IA que corrigen gramática, apoyan la calificación automática o
gestionan tareas administrativas reducen la carga operativa del profesorado,
liberando tiempo para actividades de mayor valor pedagógico. Dentro de las
diversas fuentes consultadas, el 68,1 % de los docentes percibe que la IA
contribuye de forma sistemática a la automatización de tareas, lo que coincide
con los llamados internacionales a aprovechar la tecnología para mejorar la
gestión educativa. A la par, el acceso a repositorios de información y recursos
digitales de calidad favorece el estudio independiente, algo que el 93,1 % del
profesorado identifica como un beneficio directo. En este sentido, la IA se
configura como un puente hacia mayores oportunidades de aprendizaje.
La inteligencia
artificial en educación se presenta como un recurso con alto potencial para
estimular la innovación y el desarrollo de competencias clave del siglo XXI, los
docentes reconocen su capacidad para promover la innovación y que aproximadamente
un 52,2 % considera que puede favorecer el pensamiento crítico cuando se
utiliza para explorar escenarios, contrastar perspectivas o generar contenidos
originales. Sin embargo, este panorama convive con preocupaciones profundas: el
71,5 % del profesorado percibe riesgos para la autonomía estudiantil, la mitad
teme un deterioro de las habilidades analíticas y un 81,8 % señala que las
respuestas automáticas pueden limitar el procesamiento autónomo de la
información. A ello se suman dilemas éticos como el plagio automatizado, la
producción de información falsa y la protección de datos personales, en un
contexto de brecha digital y necesidad urgente de formación docente. Frente a
este escenario, se propone concebir la IA como “copiloto” y no como piloto
automático, manteniendo el criterio pedagógico y la ética del cuidado en el
centro, con el fin de formar no usuarios pasivos, sino ciudadanos capaces de
interpelar críticamente la tecnología.
[1] UNESCO. (2024). EL USO DE LA IA
EN LA EDUCACIÓN: DECIDIR EL FUTURO QUE QUEREMOS. UNESCO. Disponible en: https://www.unesco.org/es/articles/el-uso-de-la-ia-en-la-educacion-decidir-el-futuro-que-queremos (Consulta: 15/Noviembre/2025).
[2] Puche Villalobos, D. (2024). INTELIGENCIA
ARTIFICIAL COMO HERRAMIENTA EDUCATIVA: VENTAJAS Y DESVENTAJAS DESDE LA
PERSPECTIVA DOCENTE. Areté. Revista Digital del Doctorado en Educación,
10(ee), 85–100. Disponible en: https://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2443-45662024000300085 (Consulta: 15/Noviembre/2025).
[3]
Tuomi, I. (2018). THE IMPACT OF ARTIFICIAL INTELLIGENCE ON LEARNING,
TEACHING, AND EDUCATION. Publications Office of the European Union. Disponible
en: https://publications.jrc.ec.europa.eu/repository/handle/JRC113226 (Consulta: 15/Noviembre/2025).
[4] González González, C. S. (2023). EL
IMPACTO DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LA EDUCACIÓN: TRANSFORMACIÓN DE LA
FORMA DE ENSEÑAR Y DE APRENDER. Revista Qurriculum, 36, 51-60. Disponible
en: https://riull.ull.es/xmlui/bitstream/handle/915/32719/Q_36_%20(2023)_03.pdf (Consulta: 15/Noviembre/2025).



No hay comentarios.:
Publicar un comentario