miércoles, 1 de noviembre de 2023

ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE EN ESTUDIANTES

ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE EN ESTUDIANTES

Enrique Adolfo Simmonds Barrios

Arquitecto Magíster en Informática Educativa

Facultad de Arquitectura e Ingeniería Industrial

Docente de la Institución Universitaria de Colombia

Bogotá; Noviembre 01/2023.

 

 

En un contexto universitario, una persona que decide embarcarse dentro de esta fascinante aventura debe tomar conciencia en cómo son ciertos procesos metales que dicha persona posee, de manera que todas sus capacidades cognitivas puedan abrirse de la mejor manera a esta experiencia. Es acá cuando podría incluirse las estrategias de aprendizaje, y en este caso en particular, en el contexto inicialmente mencionado.

 

En este sentido, cuando se habla básicamente de estrategia, de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española (2014)[1], esta hace referencia a un proceso que es regulable o también un conjunto de reglas que llevan como propósito buscar una óptima decisión en un momento determinado. Dentro de lo anterior, es valioso resaltar el término “regulable”, en tanto que denota que tiene la capacidad de llevarse medidamente o ajustándose a una situación concreta.

 

Adicionalmente, Díaz Barriga y Hernández (2010)[2] hablan acerca de una estrategia de aprendizaje como aquellos procedimientos que el aprendiz utiliza de manera deliberada, flexible, heurística (en tanto indagativa o investigativa) y adaptativa, en aras de mejorar sus procesos de aprendizaje significativamente. Se hablaría de que es deliberada ya que existe una total intención en su uso o aplicación; flexible y adaptativa, ya que tendría la capacidad de poder ajustarse a otros contextos con condiciones similares; y heurística, puesto que requiere un proceso de investigación y profundización de información.

 


Complementando lo expresado por los autores anteriores, una estrategia de aprendizaje puede entenderse como:

 

“Procedimiento (conjunto de pasos o habilidades) y al mismo tiempo un instrumento psicológico que el alumno adquiere y emplea intencionalmente como recurso flexible, para aprender significativamente y para solucionar problemas y demandas académicas […]. Su empleo implica una continua actividad de toma de decisiones, un control metacognitivo y está sujeto al influjo de factores motivacionales, afectivos y de contexto educativo-social”. (Página 180)

 

Como puede interpretarse de las palabras de los investigadores, estas estrategias, de primer momento, tienen como protagonista al estudiante en tanto agente activo de su propio aprendizaje. Segundo, tienen un propósito específico, están enfocadas en la consecución de una meta, o tienen de trasfondo una motivación directa: el aprendizaje significativo. Tercero, carecen de rigidez, permitiendo tomar de cada una de éstas lo mejor para otros escenarios específicos. Cuarto, tienen un basamento en la conciencia, ya que el alumno debe escoger o decidir ante posibles caminos o rutas que lo lleven al logro de su meta. Quinto, el entorno y las condiciones personales propias tienen influencia tanto en las estrategias a emplear como en el estudiante mismo.

 

Finalmente, es posible reconocer el valor e importancia que las estrategias de aprendizaje tienen, especialmente, para los estudiantes, puesto que irán permitiendo el crecimiento y maduración personal y académica, en este caso, universitaria, en aras de un aprendizaje real y significativo. Está también en manos de los docentes, acompañantes, formadores, instructores, motivar el uso de estas estrategias, específicamente, dentro del aula.



[1] Real Academia Española (2014). ESTRATEGIA. Edición 23. Disponible en: https://dle.rae.es/estrategia (Consulta: 01/Nov/2023).

[2] Díaz Barriga, Frida; Hernández Rojas, Gerardo (2010). ESTRATEGIAS DOCENTES PARA UN APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO: UNA INTERPRETACIÓN CONSTRUCTIVISTA. 3ra Edición. McGraw Gill/ Interamericana Editores, S.A de C.V. México. ISBN: 978-607-15-0293-3.

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