viernes, 1 de diciembre de 2023

INFLUENCIA DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL (IA) EN LA ARQUITECTURA Y EL DISEÑO

INFLUENCIA DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL (IA) EN LA ARQUITECTURA Y EL DISEÑO

Enrique Adolfo Simmonds Barrios

Arquitecto Magíster en Informática Educativa

Facultad de Arquitectura e Ingeniería Industrial

Docente de la Institución Universitaria de Colombia

Bogotá; Diciembre 01/2023.

 

 

Hoy en día se está haciendo más y más frecuente el uso del término Inteligencia Artificial – IA (Artificial Intelligence – AI) en distintos campos del conocimiento, el más reciente y conocido por muchas personas es el GPT Chat[1], en la que un usuario, por medio de la elaboración de una pregunta, esta inteligencia artificial emite tópicos que dan respuesta al cuestionamiento hecho. Pero, desde un punto de vista general ¿Qué es una IA (AI)?

 


En este sentido, para conocer un poco más acerca de esta nueva tecnología que, de manera indudable, acapara la atención de cualquier persona, se tiene un planteamiento del profesor, científico, matemático, informático, ingeniero, teórico McCarthy (2007)[2], considerado como el padre de la inteligencia artificial, en su documento “What is Artificial Intelligence?” en el que refiere:

 

Es la ciencia e ingeniería de crear máquinas inteligentes, especialmente programas informáticos inteligentes. Está relacionada con la tarea similar de utilizar ordenadores para comprender la inteligencia humana, pero la IA no tiene por qué limitarse a métodos que sean biológicamente observables.[3] (Texto traducido del original por DeepL)

 

Sin embargo, aclarando en este contexto lo que se quiere dar a entender como inteligencia, se tiene:

 

La inteligencia es la parte computacional de la capacidad para alcanzar objetivos en el mundo. Las personas, muchos animales y algunas máquinas presentan distintos tipos y grados de inteligencia. animales y algunas máquinas.[4] (Texto traducido del original por DeepL)

 

Por otro lado, Google Cloud (2023)[5] afirma que la inteligencia artificial es un grupo de tecnologías que van permitiendo que las computadoras realicen una diversidad de funciones avanzadas, como, por ejemplo: razonar, traducir, aprender, analizar datos, hacer recomendaciones, actuar de una forma que habitualmente requeriría inteligencia humana, o que incluya datos cuya escala sobrepase lo que los humanos puedan analizar. Entonces, teniendo este breve panorama ¿Cómo la inteligencia artificial (IA) está afectando, interfiriendo, beneficiando, perjudicando o alterando el campo de la arquitectura?

 

En este orden de ideas, con mucha más frecuencia esta IA se está mezclando en más campos de la vida cotidiana y profesional, entre ellos, el campo arquitectónico y del diseño. De acuerdo con la Universidad ORT de Uruguay (2023)[6], la IA está cambiando la manera en que se diseñan y construyen edificios a partir del análisis e interrelación de datos de información (fatores climáticos, ubicación, espacios geográficos), generando edificios más eficientes y sostenibles.

 


Adicionalmente, esto está funcionando como una herramienta que auxilia el trabajo de los arquitectos, en tanto que ayuda a encontrar soluciones a problemas de diseño que, de otra forma podrían ser difíciles o imposibles de resolver, o que requerirían mucho más tiempo, energía, presupuesto, recurso humano, si se realizase de forma habitual. Por ejemplo, una inteligencia artificial, podría sugerir miles de propuestas de distribución interna de una unidad habitacional en función a ciertos parámetros suministrados, podría ayudar a hacer predicciones de un comportamiento de una edificación sin haber realizado la construcción de la misma, etc. Un ejemplo de esto puede apreciarse en el siguiente documental extraído del canal de YouTube ArqMANES (2023)[7]: (Clic sobre la imagen para acceder al recurso).

 

Fuente: ArqMANES (2023) Canal de YouTube.

 

Asimismo, siguiendo con lo planteado por la Universidad ORT, al momento se podrían apreciar cinco (05) formas en las que la inteligencia artificial (IA) está transformando la arquitectura:

1.            Diseño asistido por inteligencia artificial: Los arquitectos están utilizando cada vez más algoritmos de la IA para automatizar diseños, aumentando la precisión y eficacia.

2.            Planificación y construcción automatizadas: La IA está mejorando la eficiencia en la planificación y construcción de edificios, pudiendo determinar el mejor momento de construcción mediante el análisis de variables topográficas y circundantes.

3.            Gestión inteligente de edificios: Por ejemplo, la IA podría ayudar a personalizar la iluminación y temperatura en función de las preferencias de los usuarios, lo que aumentaría su comodidad y satisfacción.

4.            Diseños personalizados y originales: La IA es capaz de generar diseños únicos para cada usuario basados en patrones de referencia de los usuarios específicos.

5.            Control de calidad inteligente y automatizado: La IA se está empleando en la simulación de la construcción y el análisis de riesgos, ayudando a predecir el rendimiento y la viabilidad de un proyecto arquitectónico.

 

Todo este recorrido permite transparentar que apenas la humanidad se encuentra apreciando la punta del iceberg de la inteligencia artificial, ésta cada vez está impactando más y más campos (incluida la arquitectura). A pesar que la IA brinda grandes y excepcionales ventajas, es importante enfatizar que ésta debe considerarse como una herramienta auxiliar a las funciones de los arquitectos y diseñadores, y no como un remplazo, en pro del aumento de la productividad y eficiencia en el diseño arquitectónico.



[1] GPT Chat (2023). OPEN ARTIFICIAL INTELLIGENCE CHAT. Disponible en: https://chat.openai.com/auth/login (Consulta: 15/Dic/2023).

[2] McCarthy, John (2007). WHAT IS ARTIFICIAL INTELLIGENCE. Stanford University. California. United States. Disponible en: https://www-formal.stanford.edu/jmc/whatisai.pdf (Consulta: 15/Dic/2023).

[3] Texto original: “It is the science and engineering of making intelligent machines, especially intelligent computer programs. It is related to the similar task of using computers to understand human intelligence, but AI does not have to confine itself to methods that are biologically observable.” (Pág. 1)

[4] Texto original: “Intelligence is the computational part of the ability to achieve goals in the world. Varying kinds and degrees of intelligence occur in people, many animals and some machines.” (Pág. 1)

[5] Google Cloud (2023). ¿QUÉ ES LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL O IA? Portal Empresarial. Disponible en: https://cloud.google.com/learn/what-is-artificial-intelligence?hl=es-419 (Consulta: 15/Dic/2023).

[6] Facultad de Arquitectura de la Universidad ORT (2023). CÓMO LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL ESTÁ TRANSFORMANDO LA ARQUITECTURA. Blog institucional. Universidad ORT. Uruguay. Disponible en: https://fa.ort.edu.uy/blog/como-la-inteligencia-artificial-esta-transformando-la-arquitectura (Consulta: 15/Dic/2023).

[7] ArqMANES (2023). PLANTAS DE ARQUITECTURA EN SEGUNDOS CON INTELIGENCIA ARTIFICIAL: ARCHITECHTURES FINCH 3D PLANFINDER. Canal de YouTube. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=qBmRyFbkJUk&t=320s (Consulta: 15/Dic/2023). 

miércoles, 1 de noviembre de 2023

ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE EN ESTUDIANTES

ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE EN ESTUDIANTES

Enrique Adolfo Simmonds Barrios

Arquitecto Magíster en Informática Educativa

Facultad de Arquitectura e Ingeniería Industrial

Docente de la Institución Universitaria de Colombia

Bogotá; Noviembre 01/2023.

 

 

En un contexto universitario, una persona que decide embarcarse dentro de esta fascinante aventura debe tomar conciencia en cómo son ciertos procesos metales que dicha persona posee, de manera que todas sus capacidades cognitivas puedan abrirse de la mejor manera a esta experiencia. Es acá cuando podría incluirse las estrategias de aprendizaje, y en este caso en particular, en el contexto inicialmente mencionado.

 

En este sentido, cuando se habla básicamente de estrategia, de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española (2014)[1], esta hace referencia a un proceso que es regulable o también un conjunto de reglas que llevan como propósito buscar una óptima decisión en un momento determinado. Dentro de lo anterior, es valioso resaltar el término “regulable”, en tanto que denota que tiene la capacidad de llevarse medidamente o ajustándose a una situación concreta.

 

Adicionalmente, Díaz Barriga y Hernández (2010)[2] hablan acerca de una estrategia de aprendizaje como aquellos procedimientos que el aprendiz utiliza de manera deliberada, flexible, heurística (en tanto indagativa o investigativa) y adaptativa, en aras de mejorar sus procesos de aprendizaje significativamente. Se hablaría de que es deliberada ya que existe una total intención en su uso o aplicación; flexible y adaptativa, ya que tendría la capacidad de poder ajustarse a otros contextos con condiciones similares; y heurística, puesto que requiere un proceso de investigación y profundización de información.

 


Complementando lo expresado por los autores anteriores, una estrategia de aprendizaje puede entenderse como:

 

“Procedimiento (conjunto de pasos o habilidades) y al mismo tiempo un instrumento psicológico que el alumno adquiere y emplea intencionalmente como recurso flexible, para aprender significativamente y para solucionar problemas y demandas académicas […]. Su empleo implica una continua actividad de toma de decisiones, un control metacognitivo y está sujeto al influjo de factores motivacionales, afectivos y de contexto educativo-social”. (Página 180)

 

Como puede interpretarse de las palabras de los investigadores, estas estrategias, de primer momento, tienen como protagonista al estudiante en tanto agente activo de su propio aprendizaje. Segundo, tienen un propósito específico, están enfocadas en la consecución de una meta, o tienen de trasfondo una motivación directa: el aprendizaje significativo. Tercero, carecen de rigidez, permitiendo tomar de cada una de éstas lo mejor para otros escenarios específicos. Cuarto, tienen un basamento en la conciencia, ya que el alumno debe escoger o decidir ante posibles caminos o rutas que lo lleven al logro de su meta. Quinto, el entorno y las condiciones personales propias tienen influencia tanto en las estrategias a emplear como en el estudiante mismo.

 

Finalmente, es posible reconocer el valor e importancia que las estrategias de aprendizaje tienen, especialmente, para los estudiantes, puesto que irán permitiendo el crecimiento y maduración personal y académica, en este caso, universitaria, en aras de un aprendizaje real y significativo. Está también en manos de los docentes, acompañantes, formadores, instructores, motivar el uso de estas estrategias, específicamente, dentro del aula.



[1] Real Academia Española (2014). ESTRATEGIA. Edición 23. Disponible en: https://dle.rae.es/estrategia (Consulta: 01/Nov/2023).

[2] Díaz Barriga, Frida; Hernández Rojas, Gerardo (2010). ESTRATEGIAS DOCENTES PARA UN APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO: UNA INTERPRETACIÓN CONSTRUCTIVISTA. 3ra Edición. McGraw Gill/ Interamericana Editores, S.A de C.V. México. ISBN: 978-607-15-0293-3.

viernes, 22 de septiembre de 2023

TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD (TDAH) EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS

TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD (TDAH) EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS

 Enrique Adolfo Simmonds Barrios

Arquitecto Magíster en Informática Educativa

Facultad de Arquitectura e Ingeniería Industrial

Docente de la Institución Universitaria de Colombia

Bogotá; Septiembre 22/2023.

 

 

Hoy día se ha vuelto más frecuente que estudiantes universitarios, en la permanencia en las aulas de clases, les generen un poco mayor de dificultad el poder focalizar su atención al acto educativo, a una actividad académica, a una presentación o exposición de determinado tema, etc. Ciertos elementos pueden estar desviando su atención, que debería estar en lo que se socializa o se hace.

 


En este sentido, se podría pensar que cierto grupo de estudiantes podría estar atravesando por algún déficit de atención, también conocido por las sigas TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), debido a determinadas conductas o acciones que éstos presentan dentro del aula. Para el portal de Mayo Clinic (2023)[1] el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) “es un trastorno mental que comprende una combinación de problemas persistentes, como dificultad para prestar atención, hiperactividad y conducta impulsiva”.

 

Asimismo, los docentes, dentro de su quehacer diario, también van teniendo la capacidad de identificar ciertas conductas, patrones, características en los estudiantes que podría sugerir estén padeciendo este trastorno. Para Mayo Clinic, algunos síntomas que permitirían comenzar a evidenciar que un estudiante adulto padece TDAH serían:

·                     Falta de organización y problemas en establecer las prioridades en las asignaciones.

·                     Poca habilidad para administrar correcta y apropiadamente el tiempo, junto a la falta de planificación.

·                     Problemas para poder concentrarse en una tarea específica.

·                     Poca tolerancia a hechos frustrantes.

·                     Impulsividad.

 

Adicionalmente, de acuerdo con una investigación realizada por Sepúlveda y Espina (2021)[2], este trastorno anteriormente fue estudiado en la población infantil (con mayor énfasis), pero en la actualidad, a partir de la década de los 70, se comenzó a validar en personas adultas y que es posible identificar acerca del 5% de la población con este trastorno. Si esto comienza a ser de esta manera, y si en las aulas de clases se manejan poblaciones estudiantiles de entre 55 a 80 estudiantes en promedio por salón, se estaría presentando que por lo menos existe entre 3 a 4 personas con este trastorno. Para estas investigadoras, la presencia de TDAH en los estudiantes impacta directamente en la participación social, personal y funcional de éstos.

 


Ahora, buscando relacionar lo comentado por Mayo Clinic y Sepúlveda y Espina, los síntomas que los estudiantes comienzan a manifestar [principalmente] dentro de las aulas de clases se podrían englobar en tres grupos: inatención, hiperactividad, impulsividad. Ante estas señales es menester de los docentes prestar mucha atención a ellos para poder realizar los debidos acompañamiento y supervisión pedagógicos, psicológicos por parte de las personas idóneas dentro de la institución.

 

Por último, de acuerdo con Arias y Correa (2019)[3] y con Rooney (2022)[4], se sugiere a los estudiantes lo siguiente:

·                     Tomar apuntes en las clases para promover la focalización de la atención en la materia.

·                     Asistir y participar a las clases; evitar la tentación de saltarse los momentos formativos en la universidad.

·                     Ser proactivos en el sentido de poder contactar con el departamento encargado de orientación y/o bienestar estudiantil al inicio del semestre para mantener un acompañamiento constante.

·                     Usar un calendario para organizar y planificar las distintas actividades y tareas académicas.

·                     Tomar los respectivos medicamentos para el TDAH que hayan sido prescritos por un doctor (sólo en el caso de haber sido de esta manera).

 

Con esto, relacionado a los docentes e/o institución:

·                     Facilitar a los estudiantes un material de estudio previamente preparado y estructurado.

·                     Definir un tutor académico o consejero para guiar y asesorar el proceso educativo.

·                     Ofrecer actividades extracurriculares en las que se pueda fomentar el intercambio social en tareas de común afinidad.

 

Finalmente, obsérvese que los estudiantes que padecen un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en las aulas, a pesar que parezca un bajo porcentaje, no debe dejarse de lado su presencia. Es requerido que los docentes cuenten con una formación ajustada también a atender y brindar una primera orientación dentro de las aulas, y, junto con la institución, realizar el apropiado acompañamiento, guía, seguimiento a este grupo poblacional.



[1] Mayo Clinic (2023). TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD (TDAH) EN ADULTOS. Mayo Clinic. Enero 2023. Disponible en: https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/adult-adhd/symptoms-causes/syc-20350878#:~:text=El%20trastorno%20por%20d%C3%A9ficit%20de,atenci%C3%B3n%2C%20hiperactividad%20y%20conducta%20impulsiva. (Consulta: 22/Sep/2023).

[2] Sepúlveda, Valeria; Espina Valeria (2021). DESEMPEÑO ACADÉMICO EN ESTUDIANTES DE EDUCACIÓN SUPERIOR CON TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN. Revista Estudio Pedagógicos. Volumen 47. Número 1. Valdivia. Versión On-line ISSN 0718-0705. Disponible en: https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-07052021000100091 (Consulta: 25/Sep/2023).

[3] Arias, Yennifer; Correa, Roxana (2019). DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD EN RELACIÓN CON LAS FUNCIONES EJECUTIVAS EN JÓVENES UNIVERSITARIOS. Universidad San Buenaventura Colombia. Facultad de Psicología. Trabajo de Grado. Medellín. Disponible en: https://core.ac.uk/download/pdf/232875334.pdf (Consulta: 25/Sep/2023).

[4] Rooney, Mary (2022). TIPS FOR GOING TO COLLEGE WITH ADHD. Child Mind Institute. Disponible en: https://childmind.org/article/10-tips-going-college-adhd/ (Consulta: 25/Sep/2023).

lunes, 28 de agosto de 2023

COMPETENCIAS DEL DOCENTES EN LA FORMACIÓN UNIVERSITARIA A LA LUZ DE LOS ESTUDIANTES

 COMPETENCIAS DEL DOCENTES EN LA FORMACIÓN UNIVERSITARIA A LA LUZ DE LOS ESTUDIANTES

Enrique Adolfo Simmonds Barrios

Arquitecto Magíster en Informática Educativa

Facultad de Arquitectura e Ingeniería Industrial

Docente de la Institución Universitaria de Colombia

Bogotá; Agosto 28/2023.

 

 

El acto educativo, además de representar una ardua tarea para aquellas personas que se dedican a la docencia, es una de las actividades más enriquecedoras, especialmente para los que la sienten como una pasión o vocación. Pero la cualificación del docente (en cuando a competencias profesionales y/o personales) hará que dicho acto pueda alcanzar los más altos niveles de significatividad dentro del grupo de estudiantes.

 


En este sentido, en la medida que un docente lleva a cabo este acto formativo, existen un grupo de elementos que comienzan a tener incidencia, como su crecimiento personal y profesional, la actualización de sus conocimientos actuales a las necesidades de hoy en día [y también las futuras], el desarrollo de nuevas habilidades y el perfeccionamiento otras que le llevarán brindar mejores experiencias de aprendizaje en cualquier tipo de contexto o escenario.

 

Prosiguiendo, de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española RAE (2014)[1] y desde un enfoque más ajustado a la educación, competencia está relacionada con la pericia, aptitud o idoneidad [en este caso del docente] para hacer algo o intervenir en un asunto determinado. Este algo sería propiamente el acto educativo que se lleva a cabo tanto en aulas físicas como virtuales.

 

Por su parte, según Durán (2016)[2], la competencia, en contextos formativos, abarca el desempeño del docente que éste tiene en su ejercicio profesional. Aunque cuando se habla de competencias debe evitarse entender el término como un punto culmen de llegada, donde después de ahí no hay nada más. Por el contrario, y tal como lo afirma la investigadora, este término debe concebirse en permanente transformación, pudiendo entender de éste que, al estar tan ligado a la interacción humana, esto le otorgaría el dinamismo que Durán sugiere.

Por otra parte, cuando se escucha el término de “competencia”, podría asociarse con “competente”, que, según la RAE, sería una persona que tiene competencia. Y complementando con el diccionario de sinónimos de WordReference (2023)[3], competente [ajustado a la presente reflexión] referiría a una persona capacitada, cualificada, idónea, preparada al momento de ejercer sus funciones profesionales. En este punto podría surgir las interrogantes: ¿Qué nivel de calificación, idoneidad perciben los estudiantes de los docentes? ¿Qué grado de preparación reflejan los profesores a sus alumnos en el acto educativo?

 

En este orden de ideas, estos cuestionamientos deben llevar a meditar en la figura del docente cómo está siendo el real desempeño profesional, personal y educativo que se está teniendo con los estudiantes en las aulas. Este proceso debe llevar a poder identificar de manera consciente y objetiva aquellos aspectos que hay posibilidad de mejora para futuros procesos educativos.

 

Basado en lo anterior, y tomando como referencia a Ken Bain (2011)[4] en su libro “Lo que Hacen los Mejores Profesores Universitarios”, éste pudo identificar los rasgos característicos de los mejores profesores [en un contexto norteamericano] desde la calificación emitida por sus estudiantes:

 

·                     Poseer gran dominio de su campo de disciplina.

·                     Tener una adecuada habilidad para poder simplificar y hacer más claros los contenidos complejos.

·                     Demostrar aprecio por la enseñanza.

·                     Tener un amplio conocimiento de las formas de aprendizaje.

·                     Transmitir un alto nivel de compromiso con el aprendizaje de sus estudiantes.

·                     Tener claro que la evaluación no meramente una actividad que se lleva a cabo para calificar a un alumno, sino como una valiosa herramienta que permite ayudar y motivar el aprendizaje.

·                     Mostrar un alto compromiso con la comunidad educativa; es decir, que se asumen como una parte de la gran empresa educativa.

·                     Enfrentar las propias debilidades sin llegar a tener miedo de asumirlas y afrontarlas.

 

Finalmente, esto lleva a pensar que las competencias del docente deben estar en un constante crecimiento y perfeccionamiento, aplicándose conscientemente en el aula y que de éstas puede influir la conexión personal, afectiva y profesional que se genera entre profesor y estudiantes en el acto educativo, y al mismo tiempo, generando mejores espacios de crecimiento, reflexión y construcción significativa de conocimientos.



[1] Real Academia Española (2014). COMPETENCIA. Diccionario de la Real Academia Española. Edición 23. Disponible en: https://dle.rae.es/competencia (Consulta: 28/AGO/2023).

[2] Durán A., Ana M. (2016). FORMACIÓN EN COMPETENCIAS DEL DOCENTE UNIVERSITARIO. Educere: La Revista Venezolana de Educación. Volumen 20. Número 67. Páginas 529-538. Universidad de los Andes. Disponible en: https://www.redalyc.org/journal/356/35654966008/html/ (Consulta: 28/AGO/2023).

[3] WordReference (2023). COMPETENTE. Diccionario en línea de Sinónimos. Disponible en: https://www.wordreference.com/sinonimos/competente (Consulta: 28/AGO/2023).

[4] Bain, Ken (2011). LO QUE HACEN LOS MEJORES PROFESORES UNIVERSITARIOS. Editorial U. Valencia. Disponible en: https://www.academia.edu/8601238/LO_QUE_HACEN_LOS_MEJORES_PROFESORES_UNIVERSITARIOS_Libro_completo_?auto=download (Consulta: 28/AGO/2023).

viernes, 7 de julio de 2023

DISMINUCIÓN DE LA MOTIVACIÓN EN EL ACTO EDUCATIVO

 DISMINUCIÓN DE LA MOTIVACIÓN EN EL ACTO EDUCATIVO

  

Enrique Adolfo Simmonds Barrios
Arquitecto Magíster en Informática Educativa
Facultad de Arquitectura e Ingeniería Industrial
Docente de la Institución Universitaria de Colombia
Bogotá; Julio 07/2023.

 

 

Dentro de cualquier tipo de estudio, formación o actividad que comienza a realizar o a emprender una persona tiene un componente que suele ser distintivo y sobresaliente [principalmente] en los primeros períodos del mismo, este suele ser la motivación. En términos muy corrientes ésta puede estar asociada con el nivel de ganas o interés que puede demostrar un aprendiz dentro de su propio proceso. Esta motivación puede presentar factores internos o externos al estudiante mismo, pero que de igual manera tienen incidencia. Los niveles de motivación en el estudiante siempre inciden en su desempeño educativo: horas de dedicación al estudio, a las tareas, a la investigación, entre otras.

 

En este sentido, y de acuerdo con Santos (1990; citado en Polanco, 2005)[1], la motivación es el nivel en que los estudiantes se esfuerzan para alcanzar ciertas metas del contexto académico y que ellos perciben como útiles y significativas. Es decir, que habría un primer movimiento dentro del proceso educativo que comienza por el estudiante en la que, reconociendo un valor para él o ella, responde adecuadamente a las diferentes actividades de un proceso formativo.

 

Asimismo, este planteamiento podría sugerir que si los estudiantes le otorgan el valor de útil y significativo al conocimiento sería porque ellos aprecian en éstos grados de verdad y certeza, que, según dicho por Hessen (2007)[2], lo que se conoce como el concepto de verdad está íntimamente relacionado con el conocimiento, esencialmente hablando, y que no solo se debe reconocer su verdad, sino también su certeza; textualmente dicho por este autor: “[…] necesitamos alcanzar la certeza de que [el conocimiento] es verdadero” (Página 15).

 

Por su parte, desde el punto de vista del docente, y tomando en consideración lo expuesto por Campanario (2002; citado en Polanco, 2005), la motivación es promover o estimular al aprendiz a hacer algo o a participar activamente en las diversas actividades que se tienen dispuestas para un curso determinado. En otras palabras, los profesores tienen la tarea de despertar el interés en sus estudiantes y buscar orientar todos los esfuerzos (tanto de los estudiantes como del mismo docente) a conseguir metas definidas.

 

Entonces, podría decirse que el hecho de la motivación dentro de los procesos educativos podría tener como resultado la acción docente dentro del acto formativo y la disposición que el estudiante presenta ante el mismo acto. Es como una sinergia que se lleva a cabo en entre estos dos agentes en medio de la construcción del conocimiento.

 



Imagen 1: Acto sinérgico en la motivación
Imagen de elaboración propia (Simmonds, 2023).

 

Aunado a lo anterior, se considera que es de gran valor dentro del proceso de enseñanza – aprendizaje que los niveles de motivación en el aula y actividades educativas pueda tener un punto acorde tanto por el desempeño del docente como por los estudiantes mismos. Los docentes, partiendo de su experiencia acumulativa a lo largo de los años, va reconociendo cuando en el grupo va disminuyendo la motivación o el interés por la clase, es aquí cuando el docente, de manera oportuna, ágil, creativa y amena, estaría en la capacidad de hacer ajuste a sus metodologías educativas para volver a elevar el nivel de interés y motivación de sus estudiantes.

 

Por otro lado, es probable que la disminución puntual de la motivación en los estudiantes pueda deberse a factores ajenos al campo de influencia e incidencia del docente; es decir, pueda estar relacionado con situaciones familiares, estrés o presión en el trabajo, cansancio o fatiga mental por las actividades diarias, características personales, trastornos de déficit de atención, entre otros. Esto es apoyado por los investigadores de Red Cenit (2016)[3], en el que afirma que la capacidad de la motivación depende de varios factores como, y citando: “el ambiente diario, la educación que hemos recibido e incluso características biológicas”.

 

Por último, un estudio de la motivación en el proceso educativo, junto con su disminución o incremento apreciable en los estudiantes podría ser algo más complejo y profundo de lo que se pensaría. Dentro de este proceso debería evaluarse la competencia docente, la satisfacción de expectativas académicas, el nivel de motivación/desmotivación en el aula, tal como fue realizado por González, Vázquez y Zavala (2021)[4] en su investigación en entornos universitarios.

 

A modo de cierre, se extraen unas líneas de la discusión de resultados de la investigación citada previamente, las cuales puede brindar ciertas luces orientativas dentro del quehacer docente:

 

“Según Torres (2016), ya no basta con tener en las aulas a docentes con sus planeaciones, metodologías, materiales listos para el buen desarrollo de una clase, lo que realmente buscan los estudiantes es el afecto que permita establecer una clase llena de confianza, donde el docente se relacione con los alumnos, el establecimiento de un ambiente de seguridad, de respeto. El acompañamiento, el conocer las necesidades y expectativas de los alumnos, además el contar con la habilidad para provocar en ellos el deseo por continuar con su proceso de formación hasta la culminación exitosa de sus estudios, son elementos que actualmente se requieren para mantener la motivación del estudiantado. Finalmente, el aspecto afectivo promovido por el docente podrá provocar la motivación o desmotivación en los estudiantes.” (Página 9).



[1] Polanco Hernández, Ana (2005). LA MOTIVACIÓN EN LOS ESTUDIANTES UNIVERISTARIOS. Revista Electrónica “Actualidades Investigativas en Educación”. Volumen 5. Número 2. Página 2. Universidad de Costa Rica, Facultad de Educación, Instituto de Investigación en Educación INIE. Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/447/44750219.pdf (Consulta: 17/Julio/2023).

[2] Hessen, Johannes (2007). TEORÍA DEL CONOCIMEINTO. Editorial Losada. Buenos Aires. ISBN: 9789500394123. Versión online disponible en: https://www.ellibrototal.com/ltotal/?t=1&d=17835 (Consulta: 19/Julio/2023).

[3] Red Cenit: Centro de Desarrollo Cognitivo (2016). PAUTAS PARA MEJORAR LA MOTIVACIÓN EN LOS NIÑOS CON TDAH. Red Cenit: Centro de Desarrollo Cognitivo. Disponible en: https://www.redcenit.com/pautas-para-mejorar-la-motivacion-en-los-ninos-con-tdah/#:~:text=Estudios%20recientes%20han%20demostrado%20que,recompensa%20derivada%20de%20la%20tarea (Consulta: 19/Julio/2023).

[4] González, I.; Vázquez, M.; Zavala, M. (2021). LA DESMOTIVACIÓN Y SU RELACIÓN CON FACTORES ACADÉMICOS Y PSICOSOCIALES DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS. Revista Digital de Investigación en Docencia Universitaria. 15(2), e1392. Doi: https://doi.org/10.19083/10.19083/ridu.2021.1392. Disponible en: http://www.scielo.org.pe/scielo.php?pid=S2223-25162021000200004&script=sci_arttext (Consulta: 19/Julio/2023).

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