LA LECTURA TÉCNICA EN LA FORMACIÓN UNIVERSITARIA
Enrique Adolfo Simmonds Barrios
Arquitecto Magíster en Informática Educativa
Facultad de Arquitectura e Ingeniería Industrial
Docente de la Institución Universitaria de Colombia
Bogotá; Noviembre 11/2024.
Cada vez se aprecia con
más preocupación dentro de las aulas universitarias como los estudiantes [en
este caso, de arquitectura] parecen no valorar la importancia que tiene la lectura
técnica dentro de su formación profesional. Actos sencillos como revisar con
atención un documento de orientación para la presentación de trabajos y
proyectos (el cual suele expresar: descripción detallada de la actividad,
aspectos a evaluar, evidencias a presentar, entre otras), no suele ser leído
por un número significativo de aprendices.
En este sentido, y
basado en experiencias previas, en función a los resultados que se obtienen con
una evidencia, se considera que aproximada y probablemente un 55% de los
estudiantes toma el tiempo requerido para realizar dicha lectura, y el otro 45%
parece omitirlo total o parcialmente; esta apreciación se fundamenta en los
documentos que presentan como evidencia de una actividad particular.
Expresiones como “Yo no vi eso”, “Yo no leí esa parte” se vuelven cada
vez más repetitivas; esto, en definitiva, tiene importantes repercusiones en
los resultados de aprendizaje presentados por los aprendices.
Asimismo, Huarca (2022)[1],
extrayendo unos resultados obtenidos en la facultad de Psicología de la
Universidad Católica de Santa María en Arequipa, Perú, llegaron a coincidir que
existe una brecha del colegio a la universidad y que es relevante que desde los
primeros años de formación universitaria trabajar con el estudiante la
familiarización de textos propios de su carrera.
Al mismo tiempo, Suárez
(s.f.)[2]
afirma que no es habitual encontrar aprendices que se encuentren en la
transición entre la educación media (hasta el grado 11vo) y la
educación superior (específicamente la universitaria), con habilidades de
lectura y escritura desarrolladas a tal nivel que puedan enfrentarse a textos
técnicos con determinado nivel de confianza.
Junto a esto, se suma lo
dicho por Cazas, Federman y Feld (2008; citado en Huarca, 2022), que es muy
notoria la diferencia entre un tipo de lectura, que podría ser más de
distracción, a otro tipo que genera infinidad de dificultades de comprensión y
que, al final, podría conllevar a la desmotivación y el desaliento por parte de
estudiante dentro de su formación.
Es por ello que, es de
gran incumbencia que el profesorado promueva eficiente y efectivamente la
lectura de textos técnicos dentro de los estudiantes en sus respectivas
materias, puesto que esto podría elevar sustancialmente los procesos mentales
de los aprendices, junto a las producciones recibidas de ellos. Además, que se
debe contar con profesionales con una formación en la lectura acorde, tal y
como lo refiere Rovira y López (2017)[3].
[1] Huarca Flores, Paola
(2022). LA LECTURA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR Y EL ROL DEL DOCENTE EN SU
DESARROLLO. Revista Cubana Educación Superior. Volumen 41. Número 1. La
Habana. Enero – Abril 2022. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0257-43142022000100010 (Consulta:
11/Nov/2024).
[2] Suárez G., Rodrigo A.
(s.f.). LECTURA EN EDUCACIÓN SUPERIOR. Universidad de la Sabana. Bogotá,
D.C. Disponible en: https://www.unisabana.edu.co/fileadmin/Archivos_de_usuario/Documentos/Documentos_Direccion_De_Estudiantes/E.A.Lectura_en_educacion_superior_OK.pdf (Consulta:
10/Nov/2024).
[3] Rovira, Yudith; López
Ernesto (2017). LA LECTURA EN LA ENSEÑANZA UNIVERSITARIA. Revista de
Ciencias Médicas de Pinar del Río. Número 21(3). Páginas 86-98. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1561-31942017000300013&lng=es&tlng=es (Consulta:
10/Nov/2024).
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